Hace 85 años abría sus puertas una de las muestras de arte más famosas del mundo y la historia: la exposición «Arte Degenerado» (Entartete Kunst). Durante el apogeo de la Alemania nazi, el gobierno intentó una reforma en cuanto a los valores estéticos y propuso una galería sobre todo lo que estaba mal, es decir, las obras de aquellos artistas que no representaban sus valores.
Algunos artistas de este mal llamado arte degenerado como Marc Chagall, Max Beckmann, Otto Dix, Ernst Ludwig Kirchner o Max Ernst, entre un total de 112 artistas (solo 6 judíos) que componían un total de 660 obras en dibujos, esculturas y pinturas fueron repudiados por el régimen. Esta galería se realizó en el Instituto de Arqueología de Múnich donde las obras se mostraron con poca iluminación y mal colocadas.
Aquí te vamos a detallar en qué consistió arte degenerado y por qué fue tan transcendental.
¿Qué es el arte degenerado?
Parece casi ironía que se denominase «arte degenerado» a algunas de las mejores corrientes de arte de la historia. Esta exposición, denominada en alemán Entartete Kunst fue un intento del régimen nazi de embarrar y desprestigiar el arte de grandes artistas de la época. Se inauguró en 1937 para describir el arte moderno y prohibirlo en lo que los nazis denominaban el «arte heroico».
Los nazis consideraban que este arte era obra de degenerados, bolcheviques y judíos (aunque solo 6 judíos eran artistas de los 112). Estos artistas fueron sancionados como perder posiciones en la docencia, de exhibir sus obras o venderlas, así como el caso extremo de prohibirles producir obras de arte.
Este arte iba en contra el concepto artístico del nacionalsocialismo, con pinturas y esculturas expresionistas, dadaístas, cubistas, surrealistas, nueva objetividad o fovismo. La intención de esta exposición era la propaganda montada por los nazis para denigrar al arte moderno, mofarse de él. Ejemplo de ello fue la colocación caótica de las obras, con rótulos y etiquetas explicativas que ridiculizaban las obras y con precios desorbitados.
Origen del término
La primera vez que se usó este término fue por Friedrich Schlegel, que lo mencionó en su obra «Estudio de la poesía griega», no refiriéndose al arte contemporáneo, sino a la etapa de la antigüedad correspondiente a la cultura clásica tardía. También fue mencionado por Joseph Arthur de Gobineau en 1853 en su “Essai sur l’inégalité des races humaines, con un sentido peyorativo.
Así mismo, también sería difundido por el crítico cultural de origen judío Max Nordau, en su obra “Entartung” (Degeneración, 1892) intentó plasmar que la degeneración el arte procede de la, a su vez, degeneración del artista.
Incluso 9 años más tarde, el emperador Guillermo II tuvo comentarios despectivos sobre el arte modernista. La tesis de Nordau sería retomada por los nacionalsocialistas para reafirmar que el arte moderno era un síntoma de degeneración mental de artistas.
Una galería de arte propagandístico
La idea de realizar una exposición separada del arte «degenerado» fue dada por Goebbels para diferenciar el arte que prefería Hitler de aquel que se consideraba una amenaza para la nación nazi. Se confiscaron obras modernistas en todo el Reich, sobre todo obra que se crearon o fueron adquiridas durante la época de Weimar (considerada era de decadencia por los nazis), y donde fue la cuna del expresionismo en esculturas y pinturas, además de ser un momento de referencia para la vanguardia.
De esta forma se llegó a la “Entartete Kunst” donde se recopilaron hasta 650 obras entre grabados, pinturas, esculturas y libros en el Instituto de Arqueología del Hofgarten. Este edificio disponía de poca luz, con escaleras estrechas y habitaciones pequeñas. Las obras fueron expuestas de forma caótica y pertenecientes a artistas como Max Beckmann, Ernst Ludwig Kirchner, Marc Chagall, Jean Metzinger o Pablo Picasso, entre otros.
Para potenciar más la propaganda, se organizó de forma simultánea la «Gran Exposición de Arte Alemán» (Grosse deutsche Kunstausstellung), donde se expusieron piezas aprobadas por el Reich. Se estrenó en el edificio palaciego de la Casa de Arte Alemán (Haus der deutschen Kunst) con una gran presentación. Pero, ante todos los esfuerzos, la Entartete Kunst recibió tres veces más visitas que su homóloga alemana aprobada por el régimen.
La exposición de «Arte Degenerado» estuvo 4 meses en Hofgarten y, posteriormente, hizo una gira por Berlín y otras 11 cuidades de Alemania y Austria.
Corrientes artísticas consideradas degeneradas
Desde 1937 a 1941 esta exposición estuvo viajando a otras ciudades, como ya hemos comentado, alcanzando los 3 millones de visitantes. Gran parte de las obras de arte degenerado expuestas pertenecían a movimientos vanguardistas que aparecieron y crecieron entre finales del s. XIX y la década de los años 20. Hablamos de corrientes como el impresionismo, el expresionismo, dadaísmo, surrealismo, cubismo, nueva objetividad o fauvismo.
Algunas ciudades alemanas dadas a conocer como centros activos de vanguardias culturales gracias a la aparición en ellas del expresionismo y, posteriormente, de la nueva objetividad y donde hacían crítica a la sociedad burguesa o la I Guerra Mundial.
Las obras expuestas tuvieron subtítulos y etiquetas redactados por el mismo Hitler, que las hacía ver, según sus palabras, como la «obscenidad, locura, blasfemia y negritud de este arte».
Y, mientras los estilos de arte modernos eran prohibidos y difamados, los nazis promovían esculturas y pinturas que estaban enfocadas en el convencionalismo tradicional y que exaltaban los valores de pureza racial, sangre y tierra, militarismo, obediencia y belleza.
¿Qué fue de estas obras de arte degenerado?
En 1938, durante la exposición de Entartete Kunst en Berlín, se hizo una gran subasta de «Arte Degenerado» por petición del mariscal Goering. Esta tuvo lugar en el Grand Hotel National de Lucerna y, además de obras de artistas alemanes de la época, también había obras de Gauguin, Van Gogh, Picasso, Chagall o Modigliani, entre otros. El responsable de la subasta fue Theodor Fischer y se recaudaron cerca de 115 mil dólares del momento. Entre las obras vendidas podemos encontrar el «Autorretrato de Van Gogh» o «El bebedor de absenta de Picasso» que os mostramos a continuación.
En total, se llegaron a confiscar cerca de 20.00 obras de 140 artistas y, aquellas que no se llegaron a exhibir, fueron divididas en tres grupos: reutilizables en el ámbito internacional (vendidas en el extranjero a precio de saldo), las carentes de valor (fueron quemadas) y las de fondos con fines propagandísticos.
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