La Catrina es un auténtico icono de la cultura mexicana que, desde hace algún tiempo, está asociada al Día de los Muertos, una de las tradiciones más valoradas en este país. Sin embargo, en sus inicios no apareció como forma de disfraz de Catrina en el Día de Difuntos, sino una forma de reivindicación social. También se la asocia con la diosa azteca de la muerte, Mictecacihuatl.
En sus comienzos, apareció como un personaje caricaturesco en periódicos y el arte a estar inmersa en películas, pasarelas como forma de reivindicación de la cultura y tradición mexicana de celebrar el 2 de noviembre.
Hoy en día podemos representar la catrina de múltiples formas, desde una manera más creativa con distintos estilos y diseños que nos representa, hasta la más tradicional que Posada creó como reivindicación.
Antecedentes de La Catrina
Tenemos que poner el origen de la Catrina durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. A lo largo de este periodo se popularizaron textos redactados por la clase media, quienes criticaban la situación del país y a las clases más privilegiadas. Los textos, escritos de forma burlona y acompañados de dibujos con calaveras y esqueletos, comenzaron a reproducirse en los periódicos.
Constaban de calaveras ataviadas con ropas de gala, montando a caballo, bebiendo, en fiestas de alta sociedad o en un barrio. Todo ello con la intención de retratar la situación de miseria del país, los errores políticos, la hipocresía social, entre otros.
La palabra Catrín era la denominación común para definir a un hombre elegante y bien vestido, acompañado siempre de alguna dama también vestida de la alta sociedad, propios de la aristocracia mexicana de los s. XIX y comienzos del s. XX. De aquí la forma de vestimenta de las Catrinas mexicanas y su denominación como el femenino de Catrín.
La Catrina: símbolo de muerte y sátira social
Para entender su sentido actual, tenemos que remontarnos a la figura de José Guadalupe Posada, un ilustrador, grabador y caricaturista de Aguascalientes (México). Su trabajo se destacó por retratar el carácter festivo de los mexicanos y por criticar las condiciones del país.
Fue en 1873 cuando este artista pintó por primera vez la Catrina, un esqueleto de mujer con un sombrero de plumas como forma de reivindicación satírica en un periódico. Junto a este dibujo, se incluía un texto breve denominado calavera literaria, forma literaria que se volvió popular durante el s. XIX (hasta hoy).
Ha pasado a la historia la frase célebre que el artista nombró en dicho texto: «La muerte es democrática, ya que, a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera». En términos generales, se sigue utilizando hoy en día, sobre todo en el Día de los Muertos, y representa la lucha de un ser vivo frente a la muerte, donde esta última siempre sale ganando.
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Este grabado lo denominó «La Calavera Garbancera» porque era, en realidad, una burla a las personas que vendían garbanzos en el país. Estas personas, a pesar de tener sangre indígena, buscaban eliminar sus orígenes para ser vistos como europeos al vender estas legumbres. En otras palabras, La Catrina satirizaba a las mujeres que alcanzaban otro nivel socioeconómico y que renegaban de sus orígenes indígenas para seguir las modas europeas. Muestra de ello está en el dibujo, donde la calavera portaba un sombrero lujoso y exagerado, representando el deseo de la calavera por conseguir otra realidad distinta, mientras bajo el sombrero portaba dos moños característicos de las empleadas domésticas.
La otra historia: Mictecacihuatl, la diosa de la muerte
Aparte de su origen satírico, el hecho de representarse con la imagen de la muerte (o calavera) y ser de género femenino, se la vinculó con la figura azteca Mictecacihuatl, diosa de la muerte.
Dentro de la leyenda, esta diosa azteca de la muerte se encargó de custodiar los huesos de los muertos, ya que, en cierto momento, podrían ser de utilidad. La diosa los guardó para que, en caso de ser necesario, se pudieran usar. De ahí su imagen de esqueleto.
Esta diosa prehispánica, de una u otra forma, ha tenido siempre representación en la cultura mexicana después de siglos, donde también se la vincula con la Santa Muerte o la Llorona.
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¿Por qué La Catrina es tan popular en el Día de los Muertos?
Los altares, calaveras y «La Catrina Mexicana», se han transformado en un icono de la cultura mexicana y soportado los embistes de otras tradiciones culturales fuera del país. Así mismo, el cine ha tenido mucho que ver, muestra de ello es la película Coco, ganadora de un Oscar en 2018 y, gracias a su popularidad, se dio a conocer un poco más la tradición en México de una celebración única como es el Día de los Muertos.
El éxito de esta representación no está solo en sus flores y vivos colores, sino también en que muestra una forma más bella de ver la muerte. En México durante el día de difuntos los mexicanos no lloran a sus muertos, sino que celebran el día con ellos con música, altares, vestimentas y adornos coloridos, entre otros. La fiesta se ve como un reencuentro con los antepasados.
Pero su popularidad ha trascendido las tierras mexicanas para volverse populares en muchos lugares del mundo, incluido España, y donde se suele usar en la decoración en las fiestas de Halloween o como un disfraz más. Es el día perfecto para engalanar con llamativos colores, flores, maquillaje espectacular para simbolizar la parte positiva de la muerte.
Aunque hoy en día lo vinculamos con la cultura mexicana y una forma de disfraz para el Día de los Muertos, merece la pena recordar su intención inicial y el trasfondo de protesta social que le dio origen.
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